Son chiquitos, son hermosos, los amamos… Y son nuestros hijos o familiares cercanos. Entonces, pensamos: ¿cómo no vamos a tener el derecho de darles besitos en la boca? Parece que no es tan así. Según dos expertas consultadas por Entremujeres, se trata en realidad de una mala costumbre.
“Son los papás los que comienzan con este hábito, no es una necesidad del niño”, arranca Emilia Canzutti, licenciada en psicología y especialista en vincularidad temprana, co-fundadora de Momento Cero. “En muchas familias darle un beso en la boca a los niños, los llamados ‘piquitos’, suele ser una costumbre que comienza desde muy bebés para manifestarles amor, lo viven en forma natural. Otras familias nunca lo harían”, sostiene.
¿Tiene connotación sexual?
“Aunque para la mayoría de los padres darle besos en la boca a sus hijos no tiene una connotación sexual, a los pequeños esto puede ocasionarle confusiones”, responde Marisa Russomando, psicóloga especializada en maternidad y crianza, directora del Espacio La Cigüeña.
La experta señala que esos besos despiertan en el niño estímulos en zonas sensibles. Por ejemplo, los pequeños que todavía transitan la etapa oral tienen sus sentidos centrados en la boca y, por eso, quieren que los besen.
Mamá y papá se dan besos
Según las especialistas, es importante marcar límites y dejar en claro que los besos en la boca están reservados para el vínculo de la pareja. Es decir, sólo mamá y papá pueden demostrar su cariño de esa manera.
Por otro lado, los chicos copian y si ven a sus padres darse picos querrán formar parte de ese vínculo imitándolos. Al mismo tiempo, en la lucha por imponerse como «novio de mamá» o «novia de papá» pueden querer dar un “piquito”.
Entonces, ¿qué conviene hacer? “Para los niños suele ser menos confuso si papá y mamá comparten una manera de manifestarse el amor, y con sus hijos lo expresan de forma diferente”, dice Canzutti.
¿Hay una edad límite?
A veces pensamos que una cosa es un bebé y otra cosa es un nene. Es decir, que estaríamos habilitados para besar en los labios a un chiquito de, por ejemplo, menos de dos años de edad. Pero Russomando no parece estar de acuerdo: “lo ideal sería aclararles desde pequeños que ese tipo de besos está destinada a las relaciones de pareja entre adultos”, sugiere.
Cuando los chicos crecen, ellos mismos se dan cuenta y buscan ponerle fin a la costumbre. “Muchas veces el piquito comienza a hacer un poco de ruido y solo lo mantienen en la intimidad; frente a los amigos ya no quieren hacerlo”, cuenta Canzutti. “Conviene que los padres no insistan. Si fue natural la llegada, lo mismo pasa con la partida. Es recomendable estar atentos”, agrega.
Cuidar el cuerpo, marcar límites
Como padres, debemos enseñar a nuestros hijos a prevenir y detectar cualquier tipo de maltrato o abuso sexual. Por eso, «es importante que los chicos tengan bien en claro cuáles son los límites, qué partes de sus cuerpos tienen que proteger o cuidar y hasta dónde es normal que otro adulto los acaricie”, alerta Russomando.
“En caso que los padres decidan darles picos, tiene que quedar sumamente claro que ese tipo de besos no se los pueden dar otros adultos y que tampoco es algo que pueden hacer con pares (como los compañeritos del jardín), pues otros padres pueden ofenderse ante esas conductas”, concluye la psicóloga.
Fuente: http://www.entremujeres.com/