Los adultos de 50 a 71 años que beben al menos tres trazas de café al día podrían ver disminuir su riesgo de muerte en un 10 por ciento con respecto a aquellos que no lo consumen, según un estudio del Instituto Nacional de Cáncer (NCI) de Estados Unidos publicado este miércoles.
Los resultados, aparecidos en la revista médica New England Journal of Medicine (NEJM) de 17 de mayo, muestra también que las personas que consumen de media tres tazas de café por día, normal o descafeinado, presentan menos riesgos de morir de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, de ataques cerebrales, de heridas de accidentes, diabetes o infecciones, que aquellas que no lo toman.
Los investigadores detectaron, no obstante, un ligero incremento del riesgo de cáncer entre los hombres que consumen mucho café. En cambio en las mujeres no se observó ninguna relación directa entre tomar café y muerte por cáncer.
Esta investigación fue llevada a cabo con un cuestionario enviado a un grupo de 400 mil personas de esa franja de edad, de 1995 a 1996. Se siguió estudiando a los participantes hasta el 31 de diciembre de 2008.
Para no obtener resultados falsos, los autores también tuvieron en cuenta otros factores de mortalidad como el tabaquismo o un consumo excesivo de alcohol.
Aunque los científicos dejan claro en cambio que no pueden estar seguros, científicamente hablando, de que el café prolongue la vida.
«El café es la bebida más consumida en Estados Unidos, pero el vínculo entre su consumo y el riesgo de muerte no está claro», afirma el Doctor Neal Freedman, de la división de epidemiología del cáncer y de genética del NCI, y principal autor del estudio.
«Hemos descubierto que el consumo de café está relacionado con un menor riesgo de mortalidad en general», añade.
«Si bien no podemos concluir la existencia de una relación causa y efecto entre el hecho de beber café y el riesgo más débil de mortalidad, pensamos que estos resultados dan cierta seguridad de que esta bebida no es nefasta para la salud», explica Freedman.
Los investigadores señalan que los hábitos de consumo de café de los participantes se estudiaron durante un periodo de tiempo pero no reflejan los hábitos de largo tiempo.
Tampoco se contó con información acerca de cómo se preparó el café (expresso o filtrado) o los ingredientes que contienen factores protectores.
«Los mecanismos por los que reduciría la mortalidad no son claros porque esta bebida contiene más de mil sustancias diferentes que podrían afectar la salud», añade Freedman.
«La cafeína es la más estudiada de esas sustancias pero en la investigación los efectos protectores han sido los mismos que para aquellos que beben café descafeinado», concluye.
Fuente: http://www.ar.terra.com