Algunos defienden la idea de dejar al bebé llorando solito hasta que logre dormirse, mientras que para otros eso es una verdadera maldad.
Una investigación de la Universidad del Norte de Texas, en Estados Unidos, promete colocar más leña en la hoguera. Es que concluyeron que los niveles de hormonas del estrés, cortisol, permanecen elevados incluso varios días después que los pequeños pasaron una noche ‘reclamando’. Los datos son de Daily Mail.
Niños de entre cuatro y 10 meses participaron del estudio. Los dejaron en la cuna, solitos y las madres permanecieron en un cuarto cercano, donde podían escuchar el llanto, pero no estaban autorizadas a consolarlos. Las tasas de cortisol de las mujeres y sus hijos fueron medidas en la primer y tercer noche.
Al tercer día, los bebés se quejaban menos, a pesar de la cantidad elevada de hormonas. Las voluntarias, a su vez, presentaban una disminución, lo que sugiere que se relajan con la ausencia o disminución del lloro. “Aunque los niños no han presentado sugerencias conductuales que estaban experimentando dificultades para dormir, siguen experimentando altos niveles fisiológicos de angustia”, dijo la investigadora Wendy Middlemiss.
Como el estudio fue breve, no es posible afirmar que el cortisol producido por los bebés no baje después de un tiempo. Vale agregar que otras evaluaciones constataron que el exceso de hormonas puede perjudicar el desarrollo del cerebro, especialmente en niños pequeños.
Fuente: http://vidayestilo.terra.com.ar/