Tanto en tiempos precristianos como hace dos siglos, el alcohol condimentó a las multitudes. Si no te imaginás a un egipcio bebiendo, seguí leyendo y sorprendete:
Egipto faraónico
Los pobladores del Nilo llegaron a producir 24 variedades de vino y 17 de cerveza, que era diez veces más barata. En las fiestas, se alentaba a los invitados a beber mostrando la estatua de una momia. El mensaje: “Disfruta y bebe mucho, que así acabarás”.
Grecia
Aquí los excesos a la hora de beber estaban bien vistos. Sócrates decía: “El alcohol hidrata y suaviza el alma, adormece las preocupaciones y revive nuestras alegrías”. Las mujeres dedicaban fiestas a Dionisio, en las que bebían hasta el trance.
Roma
Los romanos también se entregaban sin límite a la bebida, aunque rebajaban el vino con agua. Son célebres las borracheras de los emperadores entre el 37 y el 69 a.C.: antes de las comidas, ingerían alcohol hasta vomitar para dejar el estómago vacío y listo para el banquete.
Europa en la Edad Media
Durante este período el pueblo europeo se embriagaba con cerveza: medio litro en el desayuno y 2 ó 3 litros más durante el resto de la jornada. El rey Eduardo I de Inglaterra hasta decretó que sus soldados debían recibir, por día y como mínimo, 4 litros de cerveza.
Prohibiciones
En 1520, los habitantes de Edimburgo (Escocia) consumían tales cantidades de whisky que las autoridades restringieron su venta, pero la ley incentivó la destilación casera. Algo similar pasó en EE.UU. en 1920 con la “Ley Seca”, que prohibía el consumo de alcohol. Surgieron cien mil bares clandestinos y en 1933 la ley tuvo que ser revocada.
Fuente: http://www.planetajoy.com/