Cada país y cada región del mundo elabora, de generación en generación, su propia bebida tradicional íntimamente relacionada con su cultura. En la Argentina, así como el vino tinto fue auge en los 90 y se terminó de asentar con numerosos cursos, ferias y concursos, los aperitivos vuelven a adquirir importancia gracias a la seducción que ejercen en las nuevas generaciones y más que una moda son una tendencia.
Su origen se remonta a los comienzos de la civilización en Egipto, Grecia y Roma, donde se usaban con fines medicinales y se elaboraban en base a vino blanco macerado con hierbas, fortificado con alcohol y endulzado con azúcar, almíbar o caramelo. En las últimas décadas del siglo XVIII en Europa hubo un furor por crear nuevos y diferentes aperitivos, apelando a las mezclas más insólitas y este fenómeno abarcó el centro y norte de Europa, y especialmente el norte de Italia.
Hoy en día, después del Fernet, que se impuso bajo la exitosa combinación con Coca Cola, otros aperitivos se están incorporando a los happy tour de los bares y su consumo está creciendo aceleradamente. Aunque la tradición indica que se beben antes de las comidas para estimular las papilas gustativas, hay que disfrutarlo como uno quiera y cuando uno quiera. Aquí, 6 bebidas tradicionales que se renuevan.
La historia comenzó en Milán en 1860 cuando Gaspare Campari desarrolló la fórmula y la ofreció a sus clientes en el Café Campari, cuatro años más tarde abrió la primera planta de producción y comenzó a exportarse al exterior. Hoy es una marca italiana de aperitivos reconocida a nivel mundial y se elabora a partir de extracto de alcaucil y una combinación de hasta 60 ingredientes, incluyendo hierbas, especias, ralladuras de frutas y cortezas, entre las que sobresalen la quinina, el ruibarbo y la naranja. Tiene una graduación alcohólica de 28.5º, sabor amargo y es de característico color rojo. Se sirve en una copa de aperitivo o vaso mediano con hielo, una rodaja de naranja y soda a gusto.
Vermouth italiano de la legendaria empresa Martini & Rossi, fundada en 1879 en Turín, elaborado con vino blanco o tinto y 35 tipos de hierbas, raíces y flores, azúcar y alcohol. Existen tres tipos de vermouth: el Bianco, el Rosso (dulces) y el Dry (seco), y es una bebida muy usada en coctelería, tiene una graduación alcohólica no menor al 16% y no mayor al 21%, y cada uno se caracteriza por una hierba que lo diferencia, por ejemplo en el vermouth rojo la hierba es la genciana y en el seco, la manzanilla. Dulces o secos, rojos o blancos, en ninguno puede faltar ajenjo, ruibarbo, raíz de lirio, cedro, vainilla, etc. El Dry Martini es el rey de los tragos, pero si se prefiere tomar solo la mejor manera es en vaso de trago largo con bastante hielo y dos aceitunas.
Auténtica bebida nacional creada en 1864 por Melville Sewell Bagley, un inmigrante norteamericano que además le otorgó la primera marca registrada del país y se trata de un antiguo licor argentino preparado con corteza de naranjas amargas y sabor ligeramente dulce, muy consumido como aperitivo. Siempre fue considerada como un tónico por sus propiedades medicinales aportadas por las naranjas, ya que su principal componente: la hesperidina, está presente en los cítricos. Tiene 26º de alcohol y lo ideal es tomarla con hielo, tónica, limón, Fernet y soda de sifón o dejar la mezcla a la imaginación de algún barman.
Es un vino muy amargo elaborado con más de 80 hierbas aromáticas y alcohol de uva, filtrado y criado entre 6 y 12 meses en toneles de roble. Su color es verde tan intenso que se confunde con el negro y en general alcanza los 45º de alcohol y, si bien originalmente era un licor italiano, es muy común beberlo como aperitivo porque es estimulante del apetito y tiene carácter medicinal y digestivo. En la Argentina es muy popular y su éxito lo ubicó en un lugar de privilegio a la hora de beber un trago natural pero con alcohol y aunque es ideal para mezclar con otra bebida, también se puede beber solo, con hielo, soda o Coca cola.
Otro aperitivo argentino creado a fines de 1930 a base de infusiones vegetales, cáscaras de frutas cítricas y caramelo, y una graduación alcohólica que asciende a los 36°. Surgió después del éxito del Fernet italiano con receta propia y nacional, y en su época de esplendor, entre los años 50 y 60, era muy consumido y popular. De color oscuro y sabor intenso, complejo, herbáceo pero más suave que el Fernet, es ideal para mezclar con jugo de pomelo o bebidas energizantes. Se elabora en la planta productora de Lomas de Zamora y algunos dicen que tiene un sabor cercano al Jägermiester.
Aperitivo tradicional italiano hecho a base de 13 hierbas y plantas, predominando el alcaucil, al que se añade caramelo. Es muy amargo, de color marrón oscuro, tiene un ligero sabor dulce y baja graduación (16,5% de alcohol), lo que lo hace uno de los bitters más livianos del mercado. Fue creado en Padova (Italia) en 1950 y se hizo conocido en todo el mundo, hoy se elabora en Brasil, es muy consumido en Estados Unidos y en Argentina es importado por Campari. En general se bebe como aperitivo con hielo y soda o en cócteles con tónica y jugo de naranja o de pomelo exprimido y es ideal para hacer mezclas simples o complejas.
Fuente: http://www.conexionbrando.com