Esta nueva enfermedad es otra clase de inmunodeficiencia adquirida que no se hereda y ocurre en adultos, pero no se propaga de la manera como lo hace el sida mediante un virus, aclaró la doctora Sarah Browne, una científica del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
Browne ayudó a dirigir el estudio con investigadores en Tailandia y Taiwán, donde se han detectado la mayoría de los casos desde 2004. Su reporte se publica el jueves en la revista New England Journal of Medicine.
«Es absolutamente fascinante. He visto al menos a tres pacientes en los últimos 10 años» que podrían haber tenido esto, comentó el doctor Dennis Maki, un especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Wisconsin, campus Madison. Y explicó que es probable que una infección de cierta clase pueda activar la enfermedad, aun cuando parece que el padecimiento mismo no se propaga de persona a persona.
La enfermedad se desarrolla alrededor de los 50 años en promedio, pero no es característica de grupos familiares, lo que hace improbable que la causa sea genética, detalló Browne. Algunos pacientes han muerto de infecciones abrumadoras, entre ellos, algunos asiáticos que viven ahora en los Estados Unidos, aunque la autora del estudio no dio una cifra.
Parecía tuberculosis, pero no lo era
Kim Nguyen, de 62 años, una costurera originaria de Vietnam que ha vivido en Tennesse desde 1975, se enfermó gravemente y buscó ayuda por una fiebre persistente, infecciones en los huesos y otros síntomas extraños en 2009. Estuvo enferma recurrentemente por varios años y visitó Vietnam en 1995 y en 2009. «Se estaba consumiendo por esta infección sistémica», dijo el doctor Carlton Hays hijo. Parecía tuberculosis, pero era otra cosa.
A diferencia del VIH, el virus que causa el sida, la nueva enfermedad no afecta a los linfocitos T, pero causa una clase distinta de daño en el sistema inmunológico. El estudio de Browne de más de 200 personas de Taiwán y Tailandia descubrió que la mayoría de los enfermos elaboraban sustancias llamadas autoanticuerpos que bloquean el interferón gamma, una señal química que ayuda al cuerpo a deshacerse de infecciones.
Al bloquear esa señal, las personas quedan vulnerables a virus, hongos y parásitos, pero sobre todo a microbacterias, un grupo de gérmenes similares a los de la tuberculosis que pueden causar grave daño a los pulmones.
Los investigadores saben que el nuevo síndrome de inmunodeficiencia se desarrolla en etapas avanzadas de la vida, pero no saben por qué o cómo. Los antibiótico no son siempre efectivos, así que los doctores han tratado otros métodos, incluidos fármacos contra el cáncer que ayudan a suprimir la producción de anticuerpos. La enfermedad se apacigua una vez que las infecciones se controlan, pero la afectación al sistema inmunológico seguramente se convertirá en una afección crónica, según consideran los investigadores.
El hecho de que casi todos los pacientes detectados hasta el momento sean asiáticos o personas nacidas en Asia que viven en otras partes indica que los factores genéticos o ambientales podrían activar la enfermedad, concluyeron los investigadores.
Los primeros casos se detectaron en 2004, y el estudio de Browne incluyó a unas 100 personas en seis meses. «Sabemos que hay muchos otros», dijo, e incluyó muchos casos que son diagnosticados erróneamente como tuberculosis.
Fuente: http://america.infobae.com/