Se cumplieron diez años desde que tomó el manejo de la Economía en 2002 y el ex ministro dice que de aquel modelo, ya no subsiste nada.
¿Es un Marcia Shcwartz? No. Es un Roberto Lavagna.
Últimamente, el ex ministro se dedica a la pintura, lo que no es sinónimo de retiro y mucho menos, de silencio. Ya transcurrió una década desde que asumió para el manejo de la economía en el dramático 2002. Los bancos estaban cerrados y la mitad de la población había caído en la pobreza. Lavagna y su equipo fueron desmontando desde la crisis de la deuda con una quita del 75% a los acreedores, hasta la normalización del sistema bancario y el fin de las cuasi monedas que ahora amenazan con volver. Fueron casi cuatro años (abril de 2002, diciembre de 2005) de decisiones contundentes. Cuando se le pregunta sobre uno de los pilares de su modelo, los superávits gemelos, el comercial y el fiscal, responde: “ Hoy no hay ni caja en pesos que es la fiscal ni caja en dólares que es el superávit comercial. Tampoco hay inversiones y si no hay inversiones no hay suficiente empleo en blanco ”, le dice a Clarín.
¿Qué quedó de aquel modelo?
Quedó una experiencia social e intelectual importante. Pero en términos de política económica no quedó nada. El superávit fiscal, que había sido récord histórico, ha desaparecido, hoy hay déficit. El de cuenta corriente, que era de mas de 10.000 millones, también desapareció. Un tipo de cambio que hacía a la Argentina competitiva ya no está, la tasa de inversión es mucho menor y hay además una inversión ineficiente a cargo del Estado. Quedó, eso sí, el esfuerzo que hizo la sociedad argentina con mucho éxito y el conocimiento intelectual de cómo se puede conducir una política distinta.
La soja a más de US$ 500, ¿blinda la economía?
Vea, en diciembre de 2005 cuando se produce el cambio de gabinete económico, la soja valía US$230. Y desde 2007 cotiza entre 450 y 600. Eso significa un frente externo cómodo, además, por la refinanciación de la deuda. Pero esa gran comodidad desapareció por efecto de errores muy grandes en política energética. Este año hay previsto importaciones por US$ 12.000 millones cuando el país exportaba más de lo que importaba. El error liquidó la caja en dólares. Pero hay otro tema grave y es que dejó de caer la pobreza por efecto de la inflación.
¿Pese a la Asignación por hijo?
La Asignación ayudó a que haya menos indigentes. Pero actualmente está perdiendo el impacto por culpa de la inflación. Si se le puede enviar un mensaje a la Presidenta es que hoy tiene una prioridad y ya debe hacer un ajuste en la asignación universal.
La estatización de YPF, ¿no era una prioridad?
La privatización fracasó. Repsol nunca estuvo a la altura de YPF, era el pez pequeño que se comía al grande. Era simplemente una empresa de distribución y no tenía ni el capital ni la tecnología. Luego vinieron los socios argentinos que tampoco tenían el capital y la tecnología y ahora que el Estado se convierte en dueño tampoco la tiene. Hay que ver cómo se resuelve para atraer empresas que dispongan la tecnología. Sino, el simple cambio accionario no modifica nada.
¿Qué puede hacer el Estado?
Atraer socios internacionales. Requiere una conducción de primer nivel. No es lo que se vio al menos hasta el viernes, cuando los responsables de la crisis energética estaban sentados en YPF. Además, hacen falta controles.
¿Qué observa en la economía?
Veo un cuadro de degradación progresiva. No soy de los que creen en crisis inminentes. Este cuadro empezó en 2007. No se notaba porque las cajas tenían un gran superávit. Pero a medida que fueron enflaqueciendo, los problemas emergen. Esa dinámica llevó a tener más inflación. Ya vamos por el séptimo año de inflación entre 20 y 25% y hay fuga de capitales. El último año de ingreso neto de capitales fue 2005. A partir de ahí, la salida fue mayor al ingreso. Esos capitales son los que tendrían que estar hoy en la inversión y en la creación de empleo. Es la otra cara de la moneda. Si hay desconfianza, los capitales se van, la inversión no se produce, el empleo no se crea.
¿Cree habrá estancamiento de la actividad con inflación?
Todavía las tasas de crecimiento rondan en torno al 4% pero viene desacelerándose, porque la falta de las cajas y la desconfianza que genera la apropiación de ciertas cajas hace que se acelere la salida de capitales y no haya recursos para la inversión.
¿Qué debería cambiar? Todo. Le diría a la Presidenta cuidado con los vendedores de fantasía, que los hay, del lado empresario. Cuidado con los que le dicen que una medida como la devaluación resuelve las cosas. Eso no resuelve nada.
¿Cuál es su opinión sobre el nuevo hombre fuerte de la economía, Axel Kicillof?
No opino sobre gente sino de resultados. De la gente supongo siempre lo mejor. Pero en política energética los resultados son catastróficos, lo mismo en transporte.
¿Cuál es el mayor riesgo?
Lo que me preocupa no son tanto los capitales que no vienen sino los que se van, En estos seis años se acumuló una salida de capitales de U$$ 80.000 millones y esto es desconfianza. La credibilidad es central. Nosotros fuimos duros en las negociaciones pero fuimos creíbles y eso es hacer lo que se dice y decir lo que se hace, tanto internamente como en el exterior. Lo hicimos con un gran contenido técnico y dando la cara siempre, lo que ayudaba después a resolver las cosas