Un macabro crimen quedó al descubierto en México luego que la policía detuviera a una joven de 17 años, acusada de asesinar a sus padres.
Gracias a la confesión del novio de la joven, José Alberto Grajeda Batista, de 18 años, la policía pudo establecer que Ana Carolina era la autora del doble homicidio.
Grajeda sostuvo que su novia había planeado el crimen durante un mes, luego que sus progenitores se negaron a prestarle el automóvil familiar para salir a una fiesta.
La historia de Ana Carolina, supera cualquier relato de ficción, la pequeña adolescente, convenció a su novio Jose Alberto y a su amigo de Mauro, de que la ayudaran a asesinar a sus padres.
Comenzaron por su madre, doña Elbertina de 70 años. Esperaron a que se encontrara sola en casa y la llamaron a la cocina, ahí la sorprendió Mauro quien la asfixió hasta que perdiera la conciencia y posteriormente le inyectaron insecticida con cloro, lo cual probablemente le ocasionó la muerte.
Minutos más tarde llegó el padre, Efrén, de 90 años, con quien repitieron la misma estrategia, solo que esta vez Jose Alberto fue quien asfixió al señor.
Posteriormente se fueron a comer hot-dogs y comprar cerveza para celebrar la hazaña, estuvieron dialogando acerca de lo que sentían tras haber cometido el homicidio; según testimonios de Jose Alberto, Mauro también sintió una enorme excitación, por lo cual quería seguir matando posteriormente.
Al día siguiente incineraron los cuerpos en un lote baldío, y posteriormente fueron a una joyería para buscar un anillo de compromiso.
Los familiares reportaron la desaparición de los padres ante la policía, iniciando la investigación.
Una de los hechos más sorprendentes es que durante los interrogatorios a Ana Carolina permaneció firme en su versión de que no sabía nada, fue su novio Jose Alberto, quien finalmente se quebró y confesó todo, además de solicitar ayuda psicológica.
Los tres se encuentran ahora bajo custodia, y aunque Ana Carolina pasará un máximo de 15 años en prisión, sus dos cómplices serán condenados a cadena perpetua.
Mientras que los dos cadáveres fueron encontrados por la policía en un parque acuático «El Sapo Verde«, ubicado en Chihuahua. Ambos estaban carbonizados y los peritos determinaron que habían sido incinerados y abandonados en el lugar.
Según el diario mexicano El Mañana, es habitual que en los alrededores del parque los delincuentes abandonen los cuerpos de sus víctimas.
Fuente: http://www.cronica.com.ar