¿Quién de nosotras no se dejó llevar alguna vez por la efusividad del momento, los besos apasionados y las caricias intensas corriendo riesgos -innecesarios- que pueden transformar una bella noche en una pesadilla?
Aunque sin duda, «el tiempo pasa y nos vamos volviendo expertas» y entendimos bien que no somos gimnastas rusas tratando de hacer sentir a nuestro hombre como el más experimentado de los atletas. Es que el sexo es mucho más que hacer piruetas dignas de un acróbata del «Cirque du Soleil», ¿o no?
Sin embargo, hay un crecimiento de «accidentes sexuales» que, según explican algunos expertos, están influenciados fundamentalmente por la consulta a través de Internet. Los temas más buscados en Google están relacionadas con lo sexual, juegos, juguetes y fetiches, pero también con prácticas poco convencionales que, en muchos, casos terminan en accidentes caseros.
Por ejemplo, tener sexo oral en un auto en movimiento, un encuentro exprés en una terraza ajena y a la que hemos llegado trepándonos, en un balcón contra la baranda de un piso 20, o bien en una escalera de mármol demasiado resbaladiza, son situaciones a las que nos exponemos por ser pasionales (y algo atolondradas) y no medir el peligro.
Ante esto, lo mejor es ser auténticas con nuestra pareja, no tratar de fingir destrezas que no tenemos y pensar realmente si podemos hacer tal o cual cosa sin llegar a pasarla mal.
Pero también hay otro tipo de situaciones que podríamos calificar como bloopers sexuales y que, más allá de que produzcan cierto pudor, pasan a ser (con el tiempo, claro) anécdotas divertidas.
Entonces, ¿cuáles son los bloopers más frecuentes?
1. En el fragor de la batalla, él nos rompe el corpiño de diseño.
2. En el apuro por desvestirnos, nos doblamos el tobillo por culpa del taco aguja.
3. La cama es un clásico, ¿a quién de adolescente, o no tanto, no se le rompió una cama?
4. El famoso cierre, que se traba, engancha, rompe y lastima
5. El cabello enredado y mechones locos que se caen (¡oh!! ¡nuestras extensiones!!), además de los tirones y enganches de nuestra larga y voluminosa cabellera.
6. Golpes en la cabeza por la práctica de sexo oral en lugares incómodos.
7. El famoso abotonamiento, eso que suelen contar los médicos de guardia.
8. La introducción de elementos raros y poco higiénicos, como verduras o tubérculos y/o hortalizas etc.
9. El típico dúo infalible rodilla-nariz que nos deja sangrando.
10. Indisponernos justo minutos antes de tener sexo.
11. Que se nos escape un…»yo no fui» en medio del sexo oral.
12. Que se traben las esposas compradas en el sex shop amigo y tener que llamar al cerrajeron en la mitad de la noche
13. Quedarnos encerrados en un placard, un baño o un baúl de una camioneta.
Fuente: http://www.revistaohlala.com