Las personas que se despiertan de forma natural cuando sale el sol y se espabilan incluso antes de tomarse un café cada mañana son más felices y se sienten más satisfechas con sus vidas, según un reciente estudio de la Universidad de Toronto, publicado en la revista Emotion, basado en más de 700 adultos .
Además, quienes tienden a acostarse y despertarse temprano duermen mejor, se sienten más alerta durante el día y tienen el sistema inmune más fuerte. Todo apunta a que parte de la culpa la tiene que las personas trasnochadoras tienden a sufrir jet lag social, es decir, que su reloj biológico no está sincronizado con el «reloj social», es decir, el horario o la agenda que impone la sociedad moderna.
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