Según estadísticas de la Fundación Fobia Club, la amaxofobia -palabra que proviene del latín y se traduce literalmente como «miedo a los carruajes»- ocupa el quinto lugar entre las fobias específicas más frecuentes. Sin embargo, nuestra sociedad no parece haber tomado plena conciencia de la dimensión de este trastorno.
Por empezar, no es fácil contar a los demás que se tiene pavor a conducir, por temor a que no lo comprendan, y, en el caso de las mujeres, también por miedo al prejuicio machista. Para el psicólogo Gustavo Bustamante, director de Fobia Club, «los accidentes de tránsito, las malas experiencias durante el aprendizaje al volante o los largos períodos sin conducir pueden causar amaxofobia, un temor extendido que pocas personas reconocen como tal».
¿Qué es la amaxofobia?
Este sentimiento de angustia intensa surge con sólo pensar en la idea de manejar y se agudiza cuando se conduce el auto. Pero no se debe confundir la amaxofobia con el miedo del conductor inexperto: el temor a enfrentarse a situaciones novedosas a las que no se está acostumbrado se atenúa con la adquisición de experiencia, mientras que en esta fobia el temor irracional aumenta ante la situación de manejo que normalmente no produce ese tipo de respuestas y alivios posteriores.
El mayor porcentaje de afectados se ubica en personas de entre 30 y 40 años. En cuanto a las consultas por género, los hombres parecen ser más reacios a admitir su miedo a conducir: muchas veces, ellos manifiestan sus temores transformando sus miedos en agresividad y, si van asustados al volante, culpan a los demás de sus propios errores y se pelean con otros conductores.
Síntomas y tratamiento
Al principio, la persona afectada pone excusas para no conducir y comienza a sobresaltarse en el vehículo. Sudores, temblores, taquicardia y dolor de estómago son algunos de los síntomas físicos que padecen los afectados por la amaxofobia. Incluso se dan casos de personas que han tenido que detener el vehículo al experimentar una sensación de descontrol. En cuanto a los síntomas psicológicos, los más relevantes son ansiedad, ataques de pánico y depresión.
Como cualquier otra fobia, la amaxofobia requiere apoyo, paciencia y comprensión del entorno. Además, muchas veces resulta imprescindible para superarla recurrir a un especialista, sobre todo cuando el miedo deriva de un accidente de tránsito, lo que podría relacionarse con otro trastorno de ansiedad como el de estrés postraumático.
Fuente: http://www.revistamaru.com