«Ante todo, muchas mujeres no queremos someter nuestros pechos a ningún bisturí», contó recientemente la médica Kumiko Karasawa, directora de tratamientos del Instituto Nacional de Ciencias Radiológicas de Japón (NIRS, por sus siglas en inglés), situado en la prefectura de Chiba, al noreste de Tokio.
Hace apenas dos semanas el centro japonés llevó a cabo el primer ensayo clínico de la historia con rayos de iones de carbono para tratar un tumor en el pecho de una paciente. Tanto en el caso de ésta como del resto de pacientes que participen a partir de ahora en este programa, la institución realizará un seguimiento de su evolución durante algo más de 5 años, precisó Karasawa.
La ventaja de este tipo de tratamiento es que resulta poco agresivo al irradiar la superficie del cuerpo y que luego gana en intensidad al alcanzar el tumor de una manera mucho más precisa y localizada, a diferencia de otros tipos de radioterapia, que son más dañinos para los tejidos que rodean al tumor.
Hasta ahora este sistema, por el cual el paciente debe esperar un buen rato recostado hasta que el haz es calibrado con total precisión antes de ser aplicado durante apenas uno o dos minutos, se utiliza para tratar tumores óseos, en los tejidos blandos, en el pulmón, en el hígado, en la cabeza, en el cuello o en la próstata.
Las mujeres que pueden someterse a estos ensayos clínicos en el NIRS deben ser mayores de 60 años y tener un tumor localizado (el cáncer no debe haberse extendido a otros órganos) con un tamaño inferior a los 2 centímetros.