El profesor de música de un jardín de infantes de Berazategui fue denunciado por abuso sexual de menores nada menos que por 38 padres de niños que concurren a ese establecimiento escolar. En medio de una trama donde la perversión es el patrón dominante, el docente fue apartado de su cargo mientras la fiscalía de Quilmes toma intervención.
Los abusos sucedieron en el Jardín de Infantes 925 ‘Cecilia Grierson’, de calle 30 al 5900, entre 159 A y 160, de Berazategui, y el responsable sería Fabián -no trascendió su apellido-, el profesor de música, con quien los niños quedaban solos en sus clases.
La primera en hacer pública la denuncia de lo ocurrido fue Daiana Duré, madre de una de las víctimas. “Llevé a mi hija al pediatra luego de que me contara que el profesor le introdujo un ‘dedo gordito’ en la vagina, pidiéndole que no grite porque sino la iba a tirar a la pileta”, sostuvo la mujer en diálogo con Crónica y añadió que “el doctor Roberto Martínez -de la salita sanitaria ubicada en la esquina del jardín- me dijo que a simple vista no había lesión en mi hijita de dos años y medio, pero que hiciera la denuncia
correspondiente”, y que por esa razón “fui directamente a la Comisaría de la Mujer, y desde allí al Círculo Médico del Triángulo de Bernal, donde constataron que no había lesiones internas”.
La joven madre señaló que “el jueves fui al jardín y expuse lo sucedido. Las maestras no me creyeron. Al resto de los padres les dijeron que había que ver si no se trataba de un abuso del papá de mi hija”.Pero los padres hicieron consultas y surgieron nuevos indicios, ya que en general todos los niños coincidieron en el relato de lo que ocurría puertas adentro de la salita amarilla, y las denuncias se multiplicaron exponencialmente hasta llegar a 38 en la tarde de ayer.
Daiana añadió que “le pregunté a mi hijita dónde estaba la ‘seño’, y me dijo que dejaba a los niños solos con el profesor Fabián, que ‘se iba al patio’”.
Lo concreto es que los niños contaron a sus padres que al quedarse solo con los niños en la salita, Fabián les bajaba los pantalones y procedía a tocarlos en sus zonas erógenas, y él mismo dejaba al descubierto su miembro. Los chicos eran atados y los amordazaba con “curitas para que no gritemos”.
En otro de sus perversos juegos, el profesor habría subido a una de las niñas sobre su falda y la habría hecho montar: “Jugamos al ico ico. El profe tenía el pantalón roto”, contó una niña a su madre, destacando que ella también tenía bajos el pantalón y la bombacha. Daiana relató que “ahora los chicos empezaron a hablar. Hay casos que vienen de arrastre del año pasado”.
Otra madre, María Szmiga, agregó que “el más grande de mis hijos (5) me contó que vio cómo tocaba (el profesor) a los chicos. Mi hija más chica (3) tiene enrojecimiento de vagina gracias a este hijo de puta”
Por su parte, Carlos Sosa, cuyos nietos concurren al cuestionado jardín, contó que el profesor“encerraba a los nenes y se quedaba con las nenas solo. A los más ‘vivos’ les daba monedas. A los otros los asustaba gritándoles al oído”.
Otra madre, Jessica, señaló que cuando se enteró de lo ocurrido entendió por qué “mi hija le tenía miedo al profesor, porque vio que le hizo algo a una compañerita. Jugaban con curitas que se las ponían en la boca. Les hacía bajar los pantalones. Los asustaba. Obra de un perverso”, concluyó.
Interviene en el hecho la UFI 8 de Quilmes, a cargo de la doctora Roxana Meyer.
Fuente: http://www.cronica.com.ar/