Un empleado de una tienda de Apple en París fue convocado a una reunión. No sabía cuál era el motivo y, como trabajaba muy duro, llegó a considerar que se podría tratar de un ascenso. Los días que había mucho trabajo se quedaba más tiempo del debido. La reunión era para avisarle que, si no cambiaba la costumbre de hacer horas extra, podrían llegar a despedirlo.
Thomas Bordage, el empleado de la compañía fundada por Steve Jobs, comentó incluso que la reunión fue de lo más tensa. El problema tiene larga data, ya que el un sindicato francés llevó a juicio a Apple por hacer trabajar más de lo debido a sus contratados.
Según le explicaron los integrantes de recursos humanos de la compañía de la manzana estos 20 minutos demás que se quedaba no estaban justificados y, por ese motivo, iba a tener que dejar de hacerlos.
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