«Las estrías tienen un alto impacto psicológico en ambos géneros», afirma enfática la dermatóloga Vierocka Tomulic, quien no las considera una enfermedad, sino que simplemente cicatrices que aparecen en la piel y que quedan en evidencia sobre todo en verano, cuando las personas visten ropa más liviana.
«En las adolescentes les baja mucho el autoestima, no quieren ponerse traje de baño, se sienten atroces. La verdad que da pena», agrega la especialista. Claro, porque se trata de una alteración que por lo general se da en el abdomen, las mamas, los glúteos y la cara interna de los brazos, todas zonas que están más a la vista en la temporada estival.
Vierocka Tomulic explica que las estrías se producen en la dermis, la cual está compuesta por una fina red de fibras elásticas y colágenas, que permiten que la piel se estire y contraiga, pero de forma limitada. «Llega un momento en que si sobrepasamos el límite tanto en tiempo como en tensión, este tejido elástico se rompe, lo cual se manifiesta en la epidermis como una estría», sostiene la dermatóloga.
Respecto a las causas de ellas, la especialista señala que son múltiples, aunque la primera es la predisposición genética. «Si una mujer tiene a su madre con estrías o ella misma las tuvo durante la adolescencia, es altamente probable que las desarrolle durante un embarazo o aumento de peso (…) Eso es importante tenerlo en consideración para lo que es la prevención, más que el tratamiento», dice.
Tratamientos: mejores resultados cuando están nuevas
Otro aspecto a considerar en relación a las estrías es que tienen una evolución, es decir, su apariencia cambia desde que aparecen hasta que se convierten en una cicatriz propiamente tal. En este sentido, Vierocka Tomulic sostiene que en un inicio se ven como una línea tenue, rosada y que puede producir picazón.
Luego, esa línea sutil se alarga, se ensancha, se oscurece, se hace más visible y pronunciada.
En la siguiente etapa, la piel está distendida e intenta regresar a su estado normal, pero la grieta ya quedó. Finalmente, cuando la estría lleva más de seis meses de evolución, ya se habla de una cicatriz, la cual tiene aspecto nacarado en las pieles claras y marrón en las oscuras.
La dermatóloga afirma que existen «varios y variados» tratamientos para esta alteración de la piel, los cuales idealmente buscan eliminar las estrías, aunque el objetivo de la mayoría es atenuarlas. «Los mejores resultados se logran cuando están nuevas, con un aspecto rojo-violáceo», señala.
La dermatóloga recalca que «no hay literatura seria, médica, que avale todo este tipo de tratamientos», a diferencia de lo que ocurre con algunas opciones terapéuticas que sí tienen respaldo científico, es decir, se ha probado que sirven. Éstas son:
– Vitamina A: promueve la formación de colágeno, la renovación celular de la piel y, como consecuencia, la elasticidad y apariencia de ésta. Se puede encontrar en los productos cárneos, huevos, cereales no refinados y el pan integral.
– Aceite de manzanilla: tiene un componente llamado alfa-bisabolol que es antiinflamatorio, calmante e hipoalergénico. «La estría, cuando está activa, hay una inflamación, porque es una presión que hay en la piel, entonces hay que desinflamar. Y esto (aceite de manzanilla) naturalmente lo hace», sostiene Vierocka Tomulic.
– Vitamina C: «Es el antioxidante por excelencia, el más usado en la industria farmacéutica-cosmética. También ayuda a la síntesis de colágeno y elastina», explica la dermatóloga. Está presente básicamente en los frutos cítricos, los porotos verdes, las frutillas, papayas, brócoli, tomates y papas. Lo ideal es comer estos productos crudos (a excepción de las papas) para que la acción de la vitamina C sea óptima.
– Vitamina E: al igual que la vitamina C, la E también protege a la piel de los radicales libres que causan el envejecimiento y el daño cutáneo. Además, humecta la piel, la deja más suave y más distensible, según señala la especialista. Se encuentra en las aceitunas, frutos secos (nueces, almendras, etc.), palta, etc.
– Caléndula: es una planta a la que se le extrae el aceite y también tiene efecto sobre la degeneración celular. «Es hipoalergénica, antiinflamatoria -de hecho muchos de los agentes calmantes que se usan post quemadura solar la contienen- y se usa en muchas patologías cutáneas que cursan con irritación», dice Vierocka Tomulic.
– Lavanda: no sólo se usa en la industria cosmética por su olor, sino que también es un antiséptico natural y tiene efecto calmante sobre la piel irritada.
– Romero: acondiciona la piel para recibir otros tratamientos. «Se adiciona a cualquier vehículo para favorecer que los otros principios activos penetren a través de la epidermis hacia la dermis, donde queremos actuar», indica la dermatóloga.
Sea cual sea la alternativa que se elija, la especialista resalta que es clave que quien se realice el tratamiento tenga la piel hidratada y humectada. «Esto favorece que la piel tenga un mejor aspecto y, además, porque así los principios activos de cualquier tratamientos en crema, gel, loción o aceite, penetran más fácilmente la epidermis y llegan a la capa donde se necesita trabajar», explica.