Alergia al ejercicio: Qué es y cómo actúa

Seguramente en más de una ocasión has expresado, a modo de juego, alguna frase parecida, pero para algunas personas el hacer ejercicio puede significar poner en riesgo su vida.

De acuerdo con Brian Smart, alergólogo e inmunólogo en el DuPage Medical Group Asthma and Allergy Center en Glen Elly, Illionois, la alergia al ejercicio es poco común: afecta sólo a una de cada mil personas.

«Se han reportado situaciones que amenazan la vida de estas personas, y algunas fatalidades, pero son muy escasas», explica. «Sin embargo, la anafilaxis siempre es seria y debe ser tratada como tal».

Esta alergia puede afectar a cualquiera, sin importar la edad, género o raza, pero suele ser más común en personas de entre 20 y 30 años de edad.

¿Entonces estas personas son, literalmente, alérgicas al ejercicio? No exactamente, digamos que es un mal nombre, pero el ejercicio sí puede desencadenar una anafilaxis, siempre grave. Los síntomas suelen presentarse en cualquier momento durante o después de realizar ejercicio, pero en el 90% de los casos los síntomas se presentan durante los primeros 30 minutos de actividad física.

Los síntomas más comunes son:

• Fatiga.
• Escozor.
• Sonrojamiento excesivo.
• Puede escalar a calambres abdominales.
• Náusea, vómitos.
• Dificultad para respirar y asfixia.

Estos síntomas son excesivos y suele presentarse más de uno al mismo tiempo. Es decir, no es lo mismo estar cansado o falto de aire por el esfuerzo, a algo más allá de lo normal. Los síntomas son tan fuertes, que, de no atenderlos, la persona puede perder la conciencia o sufrir un colapso cardiovascular.

Cualquier intensidad de ejercicio puede provocar un episodio de este tipo, pero es más probable que suceda cuanto más intensa la actividad. Los síntomas son inconsistentes, por lo que un día se puede realizar ejercicio intenso sin tenerlos, y al día siguiente presentarlos a causa de una simple caminata.

Hay buenas noticias, las personas que la padecen sí pueden ejercitarse bajo la vigilancia y aprobación de un alergólogo certificado. Puede controlarse, además, con la ayuda de medicamentos y rutinas específicas de calentamiento y enfriamiento.

Fuente: http://ar.mujer.yahoo.com