Cómo invertir el dinero

Cómo invertir el dinero

¡Nunca hay plata que alcance! Esta frase es una verdad que, por estos días, se ve potenciada. Y aquellas que logramos ahorrar o a quienes nos sobran unos pesos a fin de mes no sabemos qué hacer. Los precios que aumentan (porque la inflación está), el cepo a las divisas extranjeras (si ahorrabas en dólares, ¡olvidate!), el famoso «ruido» económico que nos aturde. En fin, muchos factores desconciertan y desactivan nuestras reacciones más obvias: meterte en un plazo fijo o ir a comprar billetes verdes. La primera opción no tiene gracia, porque lo que te paga de interés el banco no compensa la subida de precios. Para hacerla corta: ¡no te conviene! Y la costumbre de ahorrar en dólares, tan arraigada en la cultura argentina, hoy tampoco es un trámite sencillo y sin riesgos. Por eso, llegó el momento de ponerse a pensar con imaginación para que no desaparezca aquello que supimos conseguir. Te tiramos algunas ideas. ¿Qué esperás para sacar la calculadora?

1. Si tenés más de $10 mil

Construí, ampliá, refaccioná Es un excelente momento para construir porque el costo (materiales, mano de obra) se paga en pesos, pero lo construido cotiza en dólares. Esto no quiere decir que tengas que hacerte una casa nueva, pero, si tenés posibilidades, vale la opción de sumarle metros cuadrados a la que ya tenés o hacer un vestidor en tu cuarto. Lo mismo se aplica a la pintura y refacciones en general.

Pros: te estás capitalizando, es decir, revalorizando o manteniendo el valor de tu patrimonio, lo que evita que tu dinero se esfume con el tiempo. Un ejemplo: ampliar el living menos de 10 m2 puede costarte entre 20 mil y 30 mil pesos, pero cada metro cuadrado construido le sumará -como mínimo- unos mil dólares al valor de tu propiedad.

Contras: además de convivir con la obra, tenés que estar muy atenta a los presupuestos porque te podés encontrar con una amplia variedad de precios. Y asegurate de tener toda la plata que vas a necesitar antes de empezar, así podés congelar el precio y evitar aumentos.

2. Si te sobran más de $500 por mes

Evaluá un plan de ahorro previo de un auto Esta es una buena idea si no tenés grandes ahorros pero cada mes te sobra una cifra que no es muy alta pero que tampoco da para gastártela toda en ropa. El secreto está en no llevarte el auto. ¿Cómo funciona? Todos los meses pagás la cuota del plan, que pueden ser unos 500, 700 o 1000 pesos, según el auto que elijas. Como las cuotas son fijas y en pesos, al momento de entrar al plan estás congelando el precio que vas a pagar por el vehículo. El plan es transferible, es decir que lo podés vender en cualquier momento, por lo que si decidieras ofrecerlo después de uno o dos años, lo harías con los valores de mercado de ese momento y no con el precio que vos pactaste mientras estuviste pagando.

Pros: es una forma creativa de protegerte contra la inflación. ¡y también de ahorrar! Con o sin el auto, estás incrementando tu patrimonio.

Contras: es más engorroso que depositar el monto de la cuota en una cuenta bancaria y asimismo, la tentación de quedarte con el auto puede hacer que te desvíes de tu objetivo inicial.

3. Si tenés menos de $10 mil

Adelantá pagos Gastá de antemano. Puede parecerte lo más antieconómico del mundo, pero pensalo dos veces: si ya sabés que a fin de año te vas a ir de vacaciones. ¿por qué no empezar a pagarlas en cuotas desde ahora? Sin duda, te va a salir mucho más barato que en plena temporada, además del impacto de la inflación. Cancelar todo el año del colegio de los chicos, las expensas, los impuestos o incluso el gimnasio ahora que tenés un resto te liberará recursos más adelante, cuando probablemente los necesites.

Pros: pagar por adelantado hará que puedas aprovechar para vos cualquier incremento de tus ingresos durante el resto del año y que ese dinero no vaya a pagar las subas que tendrían los servicios que ya cancelaste.

Contras: para que este esquema sea realmente beneficioso, necesitás tener mucha planificación. Si vas a pagar el colegio todo el año y después decidís cambiar a los chicos, es un problema. Lo mismo con el gimnasio. ¡y ni hablar de las vacaciones!

4. Si te sobran $1000 por mes

Stockeate de cosas útiles Es un concepto similar al anterior, pero con bienes que en tu casa son obligados. Por ejemplo, el aceite, uno de los productos más afectados por la suba de precios, o. ¡el papel higiénico! Pensá en cosas que sí o sí vas a usar. Si te gusta el vino, es otra fantástica elección, y si encontraras algún producto importado que te gusta comprar a buen precio, esta es tu oportunidad. Podés aplicar este esquema a los regalos que vas a tener que hacer durante el año: cumpleaños, Día del Padre, Niño, fiestas de fin de año, aniversario de casados de tus suegros, o lo que se te ocurra.

Pros: además del beneficio económico de anticipar el pago de consumos futuros, estás resolviendo situaciones por adelantado. Liberás la presión sobre la billetera. y también sobre tu cabeza.

Contras: económicamente hablando, una suele consumir de más aquello de lo que tiene de sobra. Por eso, no te olvides de que no compraste «mucho» sino «antes». Otra desventaja es física: asegurate de tener el espacio para guardar semejante stock.

5. Si tenés más de $60 mil

Animate a invertir en una cochera Poner plata en ladrillos siempre es buen negocio, y si sos de las que, además de tener un excedente todos los meses, ya lograron acumular una suma interesante, deberías pensar en opciones más duraderas. Comprar una cochera para alquilar puede ser una buena alternativa. Si no te alcanza la plata, podés sacar un crédito en pesos con tasa fija y completar el monto necesario. Durante un tiempo, el dinero que obtengas por el alquiler de la cochera pagará la cuota del préstamo, pero después ya vas a poder disfrutar de un ingreso extra.

Pros: además de la renta mensual, también te beneficiás en el largo plazo del aumento en el valor del inmueble. Si tardás en alquilarla, vas a tener que pagar expensas, pero suelen ser muy bajas porque se calculan por m2.

Contras: las regulaciones para la compra de dólares hacen que se dificulten las operaciones inmobiliarias. También es cierto que inmovilizarías una importante suma de dinero, que ya no tendrías disponible en casos de urgencia.

6. Si tenés más de $100 mil

Comprá un departamento desde el pozo Siguiendo el plan de invertir en ladrillos, en vez de comprar una cochera, también podés usar ese monto como adelanto para entrar en un fideicomiso en pesos para la construcción de un departamento. Asegurate de que las condiciones de ajuste de las cuotas y los refuerzos sean compatibles con tus posibilidades y, por supuesto, que el proyecto sea serio y de buena calidad.

Pros: comprás en pesos, y sin tener toda la plata necesaria, un inmueble que cotizará en dólares. Una vez terminado, el departamento valdrá mucho más -mínimo, un 30%- de lo que vos lo pagaste. Si decidís alquilarlo en vez de venderlo, aumentás tu patrimonio y lográs un dinerillo extra por mes.

Contras: el departamento que estás comprando hoy no existe, y eso implica riesgos. Llegado el momento, venderlo puede no ser tan fácil y, si tampoco pudieras alquilarlo, te generaría gastos de expensas e impuestos.

Lo que no tenés que hacer

Patinarte todo. Creer que darte todos los gustos es el mejor destino que le podés dar a la plata cuando hay inflación es uno de los errores más comunes que harán que tu cuenta bancaria esté permanentemente en cero. Además, adquirís un mal hábito difícil de modificar para los tiempos de estabilidad.

«Invertir» en un auto. Considerar que la compra de un auto (para usar) es «ahorrar» en bienes o preservar el capital es completamente erróneo. El auto, además del precio, tiene otros costos: patente, seguro, mantenimiento. Además, se va depreciando a medida que pasa el tiempo. Ni hablar en el caso de los 0 km, en los que perdés un 10% de lo que pagaste apenas saliste de la concesionaria.

Endeudarte. Pedir un préstamo personal para financiar tus gastos de siempre (alquiler, expensas, salidas, etc.) es una pésima idea. Si no te alcanza, es mejor buscar la forma de ajustarte, pero pagar tasas de interés reales que superan el 40% anual es un muy mal negocio si no le vas a dar un uso específico que lo amerite.

Fuente: http://www.revistaohlala.com/

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