A la mujer más rica del mundo sus hijos la desprecian por ser tacaña

Tiene una fortuna de 18 mil millones de dólares y no la comparte con nadie. Sus hijos dicen que no quiere pagarles ni siquiera gastos mínimos.

La australiana Gina Rinehart amenaza con desbancar a Carlos Slim en la lista de ‘Forbes’ con su empresa minera Hancock Prospecting de la que es presidenta y propietaria. Aunque tiene fama de tacaña y sus hijos la desprecian.

Tim Treadgold, periodista de Forbes Asia que lleva más de 40 años trabajado en Perth, la ciudad de Rinehart, explicó:  “Tiene diversas fuentes de beneficios, proyectos en desarrollo y activos para vender. China quiere los materiales que ella produce, y no tiene que compartir su riqueza con nadie”, aseguró en un correo.

Entre sus principales ingresos están el canon anual que su padre, Langley Hancock, negoció con la multinacional Rio Tinto, y que ahora asciende a 250 millones de dólares; la mina de hierro Hope Downs, que aporta unos beneficios anuales de 1.500 millones, y la venta de yacimientos, que en los últimos meses le ha supuesto unos ingresos extra de más de 2.700 millones. “Ha hecho avances increíbles respecto a lo que le dejó su padre. Odia que le llamen heredera”, concluye el periodista de Forbes.

Pero Rinehart no se conforma con acumular dólares australianos. También quiere influir con sus ideas políticas, que Treadgold considera de “derecha dura”, van desde la negación del cambio climático hasta la propuesta de secesión de Australia occidental, pasando por facilitar la entrada en el país de mano de obra barata asiática.

La multimillonaria tiene fama de poco solidaria, y la justicia reveló varios mensajes de sus hijos que la acusan de tacaña.

Correos electrónicos publicados por un tribunal encargado de resolver un conflicto familiar en el seno de la familia Rinehart revelan que una de las hijas de Gina Rinehart asegura no disponer de más de 60 mil dólares.

En esos correos electrónicos, Hope Welker, de 27 años, escribe a su madre que necesita un cocinero y una empleada doméstica, y que desea ser protegida por un guardaespaldas, a causa de la fortuna familiar.

“No sé si entiendes lo que esto significa, ahora que todo el mundo piensa que vas a ser más rica que Bill Gates. Eso significa que todos necesitamos guardaespaldas y viviendas seguras”, escribió la mujer en julio de 2011.

Tres de los cuatro hijos de la millonaria iniciaron una acción judicial contra su madre sobre el control de una empresa familiar cuyos activos suman más de tres mil millones de dólares australianos.

Gina Rinehart intentó impedir la publicación de esos mensajes electrónicos, pero el juez Michael Ball autorizó su divulgación.

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